Una estocada al corazón,
un balazo directo a la canción.


Estampas y el espanto;


actores que intentan el rito circular del teatro.

Pero hay espinas, un campo minado, uniformes, sotanas, teléfonos descompuestos, y la muerte rondando.


En el medio de los pechos una república sangrante, la zozobra y un silbo mutilado.


Una vaca desguazándose atraviesa la escena y la acuchilla. Pero el intento es circular y estalla el rito a pesar de los bozales y los mantos de olvido.


Entonces, entre los escombros y el latido, latiga la pregunta:


¿Habrá de renacer otra vez la canción?


Pero a no confundirse,

en esta ceremonia no se pretende una respuesta mesiánica y salvadora.

Esto apenas es ¿una obra de teatro?

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